Sábado, cerca de las ocho de la tarde. Pablo Fugitivo, rockero y puntual. Cuando me enteré que el disco se llama Voy Solo, yo me dije «No, no… tú no vas solo, así se llama el disco, pero tú no vas solo». Estamos en Las Camborias, un antiguo tablao flamenco, un lugar que a Pablo le parece mágico y donde se apoya a los artistas, en el barrio de Lagunillas.
Entrevista: Marisa del Prado
PABLO.- Es un disco muy temático, muy conceptual, donde cada canción es como un capítulo de un libro o la escena de una película. Y aunque cada canción ha sido escrita en momentos diferentes, con estados de ánimos diferentes, donde el amor se encadena de diferentes maneras, porque el amor no es como nos lo idealizan en las películas de Disney.
MARISA.- ¿A qué has tenido que renunciar para conseguir tu sueño?
PABLO.- Creo que eso de «conseguir un sueño» queda como muy edulcorado. Intento cambiar mi realidad, más que vivir un sueño, que mi vida no sea gris ni estática, sino más bien dinámica y colorida, más fresca. No va conmigo eso de ir a un mundo de trabajo de ocho horas diarias y rodearme de una vida estereotipada.
MARISA.- En tu realidad, Pablo… ¿qué te has encontrado?
PABLO.- Últimamente me rodeo de gente maravillosa, que te inspira, que te arropa, que ellos te cuidan, que tú les cuidas, tanto en Málaga como en Madrid. Son como pequeñas miguitas de pan que van marcándote el camino para tú seguir. También es verdad que he encontrado personas que me han hecho mucho daño y que han jugado con mis ilusiones.
Talentos de Málaga 