Blackberry Clouds. Más de veinte años sobre los escenarios de toda la geografía española. Seis álbumes en el mercado. Varios premios nacionales y un sonido sólido acompañado de una excelente puesta en escena.
TM.- A día de hoy, ¿qué cosas pensáis que han cambiado desde entonces? ¿En qué habéis madurado y en qué se parecen estos Blackberry de ahora a aquellos jóvenes que emprendieron aquel proyecto, allá por el 1996?
FM: Bueno, 22 años tampoco son muchos, pero es verdad que la mayoría de los grupos se disuelven antes. Meter a cuatro jóvenes entre cuatro paredes y que de ahí surjan canciones propias y que sean buenas no es algo tan raro, pero tampoco frecuente. Conseguido esto, aparece en escena otro factor que sí que tiene tarea: gestionar el choque de egos y personalidades de cuatro jóvenes en plena ebullición hormonal. Pero mezclar ese factor musical y el emocional en una coctelera junto con otro ingrediente tan nocivo como la falta de éxito comercial es un combinado de gasolina y fuego del que la mayoría de los grupos salen quemados. Nuestro mérito ha sido mezclar todos estos ingredientes y salir airosos. Con la edad vas tomando conciencia de que el éxito radica en otros aspectos más profundos que el meramente comercial. Una vez consigues esto, la música va tirando de ti. De aquellos jóvenes del 96 quedan las mismas ganas de sacar buenas canciones y de pasarlo bien.
PG: Afortunadamente, de aquellos jóvenes del 96 queda poco. No veo ningún sentido a estar en el mismo peldaño para toda la vida. Por suerte hemos evolucionado de acuerdo a nuestra experiencia vital y musical. Ahora expresamos en las canciones sensaciones y sonidos diferentes a los que inquietan a los jóvenes veinteañeros.
Extracto de la entrevista realizada a BLACKBERRY CLOUDS en la duodécima edición de nuestro magazine.